Introducción:
Así como el hijo habla con su padre; de la
misma manera, nosotros como hijos de Dios, podemos disfrutar de una buena comunicación
con nuestro Padre celestial.
Nuestra comunicación con nuestro Padre,
debe ser permanente; y debe llegar a convertirse en una intimidad con él; donde
no existan secretos de nuestra parte. Él ha prometido que cuando le buscamos en
lo secreto, él nos recompensa en público.
Mensaje:
Cómo orar: Mt. 6:9-13
Según nuestro idioma, oración es hablar, y
usamos el habla para comunicarnos con otras personas. Los cristianos debemos
usar el habla, o la oración, para comunicarnos con nuestro Padre celestial.
La Biblia nos enseña que podemos usar la
oración, para conversar con Dios; hablar con él, con confianza y libertad,
porque somos sus hijos; y todos los hijos deben hablar con su padre en forma
natural, franca y sincera.
En una familia feliz, todo lo que les
interesa a los hijos, lo comparte con sus padres, y confían que, a su padre le
interesa todo lo que su hijo le hable; y que está dispuesto a ayudarle a
realizar todos sus buenos proyectos. Dios si está interesado en ayudarnos en
todos nuestros buenos proyectos.
¿De
qué asuntos podemos hablar con nuestro Padre Dios?
De todos los aspectos de nuestra vida; desde
los más pequeños, hasta los más íntimos
y difíciles. Contarle nuestras debilidades, nuestros temores, nuestros anhelos,
nuestros deseos; aquellas cosas que nos angustian, las cosas malas que hacemos,
y pedirle que él nos ayude a superar esas crisis, para poder triunfar en la
vida. Debemos aprovechar esos momentos para decirle cuanto le amamos, lo
importante y valioso que él es para nosotros.
Debemos
orar constantemente a Dios:
1ª. Tes.
5:17 Oren en todo momento.
Pase lo que pase, sin importar la
circunstancia, nunca debemos dejar orar a Dios y darle gracias, ya que esa es
la voluntad de él. Jr. 29:11 Mis planes para ustedes solamente yo los sé, y no
son para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de bienestar. ¡Dice el Señor nuestro Dios todopoderoso!
“Orar en todo momento” No quiere decir
pasar todo el día orando, en vez de trabajar, sino tener un espíritu de
oración, aprovechando, cualquier momento oportuno, para conversar con nuestro
Padre, Dios.
Es muy importante, apartar un tiempo
diario, para orar a Dios. Y para escuchar sus consejos. Leamos la biblia y meditamos en lo leído. En
ese momento, debemos olvidarnos de todas las cosas que nos rodean para
dedicarle ese tiempo a nuestro Padre celestial. Recordemos que Dios es lo más
importante en el pasado, presente y futuro. Él es el más importante del
universo.
Estudiemos
la oración modelo: Mt. 6:9-13
1°
Adoración:
Padre
nuestro que estas en el cielo: Que todos reconozcan que tú eres el verdadero
Dios.
Debemos dirigirnos a nuestro Padre, con
reverencia y creyendo que nuestro Padre celestial oirá y contestará según su
voluntad. Expresarle lo importante que él es para nosotros y exaltar su
grandeza y su Señorío.
Acción de gracias: Gracias amado Divino,
por ser nuestro Padre, por tu amor tan inmenso con que nos haz amado. Gracias
por pagar con tu preciosa sangre la culpa de nuestros pecados.
2°
Peticiones por toda su creación:
Ven
y sé nuestro único rey. Que todos los que viven en la tierra te obedezcan, como
te obedecen los que están en el cielo.
Sucederá definitivamente en la segunda
venida.
Ejemplo de una oración: <<Oh Dios
todopoderoso, ven ayúdanos a poner en orden nuestros ojos, para mirar lo que es
bueno y puro, nuestros oídos, para escuchar todo lo que nos ayude a hacer su voluntad,
nuestra mente, para pensar en todo lo bueno lo justo lo puro lo honesto,
nuestra vida, para que todo lo que hagamos sea de su santa voluntad.
Extiende su mano en el universo entero, y salva
al ser humano, al que hiciste a tu imagen conforme a tu semejanza.
Mira a los mandatarios de los países del mundo,
llénales de sabiduría e inteligencia, y amor; para que sepan gobernar sus
vidas, sus propios hogares. Que, sepan gobernar las naciones donde los haz
colocado, y que lo hagan con amor, justicia, y misericordia.
A ti clamamos por los líderes religiosos,
que tú has llamado a predicar tu santa palabra. Ábrenos el entendimiento,
dadnos sabiduría, y ayúdanos a comprender tus enseñanzas, y a ponerlas en
práctica; dadnos sabiduría para enseñar tus mandamientos a las multitudes; y hablarles
de tus maravillas y grandezas. Allana nuestros caminos y abre las puertas por
donde tú quieras que entremos, y cierra las puertas por donde no debemos pasar.
Papito Divino, tú dijiste que: estaría con nosotros, todos los días, hasta el
fin del mundo.
Clamamos por los jueces que ministran
justicia, llénalos de sabiduría, inteligencia, y discernimiento; ábreles los
ojos para que vean con claridad y apliquen la justicia con sabiduría. Que
castiguen a los que violan las leyes, pero que defiendan los derechos de los
que las respetan y las cumplen.
3°
Peticiones por el alimento:
Danos
la comida que necesitamos hoy.
Oh Padre eterno, tenemos hambre en el
espíritu. Abre las ventanas de los
cielos y derrama tus bendiciones hasta que sobre abunde.
Dadnos sabiduría para entender tu santa
palabra, dadnos a comer del rollo del libro. Aviva el fuego que pusiste en
nuestro ser, permítenos mirar en el espíritu, para caminar por los caminos que
tú nos has trazado.
Llénanos con tu Santísimo Espíritu, y
acompáñanos todos los días de nuestra existencia, y enséñanos a hacer tu santa
voluntad; porque solo en tu compañía podemos ser victoriosos.
Padre Santo, mira nuestras necesidades
emocionales, quita las enfermedades de nuestra alma, ayúdanos a controlar
nuestras emociones, nuestros deseos, nuestros anhelos, y equilibra nuestra vida.
Príncipe de paz, te pedimos por nuestra
salud, yo creo que por las heridas que recibiste en tu precioso cuerpo, hemos sido
sanados; cúbrenos con tu sangre preciosa y no permitas que las enfermedades
toquen nuestro cuerpo.
Amadísimo Padre, te rogamos por las cosas
materiales, prepáranos para manejar los talentos con que nos ha dotado, para
ganarnos el pan de cada día, y ser buenos administradores de todo lo que pongas en nuestras manos. Dadnos
sabiduría e inteligencia; no nos des muchas riquezas, porque envanecidos
podríamos decir ¿Quién es Dios para que le obedezcamos? Pero tampoco pobreza, porque, podríamos robar
y mancharíamos tu glorioso nombre.
Dadnos, lo necesario para poder vivir bien,
y cumplir con nuestras obligaciones. Que podamos extender nuestra mano, a los necesitados,
y ahorrar ahora, para cuando ya no podamos trabajar. Así no seremos carga para
nadie, y daremos buen testimonio.
Mira que por falta de sabiduría y una buena
base económica, los hogares se están destruyendo, nuestros hijos quedan
desamparados, y ellos esperan que les demos lo necesario, techo, ropa,
alimentos, estudios, etc.
Por eso te pedimos que nos proveas lo
necesario, y nos enseñes a practicar el amor la justicia y la misericordia.
Haz que se cumpla tu palabra: Sal. 37:25 Ni
antes cuando era joven, ni ahora que ya soy viejo, he visto jamás gente honrada
viviendo en miseria, ni tampoco que sus hijos andén pidiendo pan.
4°
Confesión de pecados:
Perdona
el mal que hacemos,
Padre Santo, perdona todos nuestros
pecados, porque yo sé que hemos pecado contra ti, en pensamientos, palabras y
hechos. Se propició a nosotros, que por naturaleza hemos sido pecadores.
5°
Perdonar a los demás:
Así
como nosotros perdonamos a los que nos hacen mal.
Padre glorioso, hoy, delante de tu presencia
perdono de todo corazón a los que me hayan ofendido o hecho algún mal; y a los
que me hagan daño, o algún mal. Y prometo que no les guardaré rencor.
6°
Protección:
Y
cuando vengan las pruebas, no permitas que ellas nos aparten de ti,
Padre, protégenos contra las acechanzas del
maligno, ayúdanos, pues está escrito: Si Dios no cuida la ciudad, en vano
velará la guardia, solo con tu ayuda podemos vencer las tentaciones que nos
coloque el enemigo.
Y
líbranos del poder del diablo.
Santo Padre. Líbranos de todas las raíces
de maldad que hay en nuestra alma, desarraiga todo lo impuro de nuestros
corazones, lávanos con tu sangre divina,
Ayúdanos a practicar la verdad, hacer
justos en todas las áreas de nuestra vida, que siempre practiquemos el amor, la
justicia, y la misericordia; que siempre obedezcamos tu palabra, y así demos buen
testimonio a los que viven en las tinieblas de este mundo; para traerlos a tus
plantas.
Fortalece nuestra fe, para poder apagar
todos los dardos que nos lance el enemigo, reconozco que la salvación que me
diste allá en la cruz, es como un casco que protege mi cabeza.
Dadnos sabiduría para leer tu Santa
palabra, comprenderla, practicarla, y llevarla conmigo siempre, pues tu palabra
es la espada de tu Santísimo Espíritu; con la cual ha vencido y vencerá a
nuestros enemigos. Amén.
Luego de cada oración, debemos esperar en
silencio, por unos segundos, o minutos la respuesta de Dios, diciendo: habla
Señor que tu hijo, o hija escucha.
Conclusión:
La oración es el celular de los hijos de
Dios, para comunicarnos con nuestro Padre, para que la línea esté activa todos
los días de nuestra vida, tenemos que obedecer los mandamientos de nuestro Padre
celestial. La obediencia a sus mandamientos mantiene activa la línea directa
para comunicarnos a través de la oración con nuestro Padre Dios.
Cuando
cometemos pecados, queda interrumpida nuestra comunicación con nuestro Padre, y
nuestras oraciones no son escuchadas.
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