martes, 6 de septiembre de 2016

LECCIÓN 9 - CÓMO ORAR

Introducción:
Así como el hijo habla con su padre; de la misma manera, nosotros como hijos de Dios, podemos disfrutar de una buena comunicación con nuestro Padre celestial.
Nuestra comunicación con nuestro Padre, debe ser permanente; y debe llegar a convertirse en una intimidad con él; donde no existan secretos de nuestra parte. Él ha prometido que cuando le buscamos en lo secreto, él nos recompensa en público. 

Mensaje: Cómo orar: Mt. 6:9-13
Según nuestro idioma, oración es hablar, y usamos el habla para comunicarnos con otras personas. Los cristianos debemos usar el habla, o la oración, para comunicarnos con nuestro Padre celestial.
La Biblia nos enseña que podemos usar la oración, para conversar con Dios; hablar con él, con confianza y libertad, porque somos sus hijos; y todos los hijos deben hablar con su padre en forma natural, franca y sincera.
En una familia feliz, todo lo que les interesa a los hijos, lo comparte con sus padres, y confían que, a su padre le interesa todo lo que su hijo le hable; y que está dispuesto a ayudarle a realizar todos sus buenos proyectos. Dios si está interesado en ayudarnos en todos nuestros buenos proyectos.
¿De qué asuntos podemos hablar con nuestro Padre Dios?
De todos los aspectos de nuestra vida; desde los más pequeños, hasta los   más íntimos y difíciles. Contarle nuestras debilidades, nuestros temores, nuestros anhelos, nuestros deseos; aquellas cosas que nos angustian, las cosas malas que hacemos, y pedirle que él nos ayude a superar esas crisis, para poder triunfar en la vida. Debemos aprovechar esos momentos para decirle cuanto le amamos, lo importante y valioso que él es para nosotros.

Debemos orar constantemente a Dios:
1ª. Tes. 5:17 Oren en todo momento.
Pase lo que pase, sin importar la circunstancia, nunca debemos dejar orar a Dios y darle gracias, ya que esa es la voluntad de él. Jr. 29:11 Mis planes para ustedes solamente yo los sé, y no son para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de bienestar.  ¡Dice el Señor nuestro Dios todopoderoso!
“Orar en todo momento” No quiere decir pasar todo el día orando, en vez de trabajar, sino tener un espíritu de oración, aprovechando, cualquier momento oportuno, para conversar con nuestro Padre, Dios.
Es muy importante, apartar un tiempo diario, para orar a Dios. Y para escuchar sus consejos.  Leamos la biblia y meditamos en lo leído. En ese momento, debemos olvidarnos de todas las cosas que nos rodean para dedicarle ese tiempo a nuestro Padre celestial. Recordemos que Dios es lo más importante en el pasado, presente y futuro. Él es el más importante del universo.
Estudiemos la oración modelo: Mt. 6:9-13
1° Adoración:
Padre nuestro que estas en el cielo: Que todos reconozcan que tú eres el verdadero Dios.
Debemos dirigirnos a nuestro Padre, con reverencia y creyendo que nuestro Padre celestial oirá y contestará según su voluntad. Expresarle lo importante que él es para nosotros y exaltar su grandeza y su Señorío.
Acción de gracias: Gracias amado Divino, por ser nuestro Padre, por tu amor tan inmenso con que nos haz amado. Gracias por pagar con tu preciosa sangre la culpa de nuestros pecados.
2° Peticiones por toda su creación:
Ven y sé nuestro único rey. Que todos los que viven en la tierra te obedezcan, como te obedecen los que están en el cielo.
Sucederá definitivamente en la segunda venida.
Ejemplo de una oración: <<Oh Dios todopoderoso, ven ayúdanos a poner en orden nuestros ojos, para mirar lo que es bueno y puro, nuestros oídos, para escuchar todo lo que nos ayude a hacer su voluntad, nuestra mente, para pensar en todo lo bueno lo justo lo puro lo honesto, nuestra vida, para que todo lo que hagamos sea de su santa voluntad. 
Extiende su mano en el universo entero, y salva al ser humano, al que hiciste a tu imagen conforme a tu semejanza. 
Mira a los mandatarios de los países del mundo, llénales de sabiduría e inteligencia, y amor; para que sepan gobernar sus vidas, sus propios hogares. Que, sepan gobernar las naciones donde los haz colocado, y que lo hagan con amor, justicia, y misericordia.
A ti clamamos por los líderes religiosos, que tú has llamado a predicar tu santa palabra. Ábrenos el entendimiento, dadnos sabiduría, y ayúdanos a comprender tus enseñanzas, y a ponerlas en práctica; dadnos sabiduría para enseñar tus mandamientos a las multitudes; y hablarles de tus maravillas y grandezas. Allana nuestros caminos y abre las puertas por donde tú quieras que entremos, y cierra las puertas por donde no debemos pasar. Papito Divino, tú dijiste que: estaría con nosotros, todos los días, hasta el fin del mundo.
Clamamos por los jueces que ministran justicia, llénalos de sabiduría, inteligencia, y discernimiento; ábreles los ojos para que vean con claridad y apliquen la justicia con sabiduría. Que castiguen a los que violan las leyes, pero que defiendan los derechos de los que las respetan y las cumplen.
3° Peticiones por el alimento:
Danos la comida que necesitamos hoy.
Oh Padre eterno, tenemos hambre en el espíritu.  Abre las ventanas de los cielos y derrama tus bendiciones hasta que sobre abunde.
Dadnos sabiduría para entender tu santa palabra, dadnos a comer del rollo del libro. Aviva el fuego que pusiste en nuestro ser, permítenos mirar en el espíritu, para caminar por los caminos que tú nos has trazado.
Llénanos con tu Santísimo Espíritu, y acompáñanos todos los días de nuestra existencia, y enséñanos a hacer tu santa voluntad; porque solo en tu compañía podemos ser victoriosos.
Padre Santo, mira nuestras necesidades emocionales, quita las enfermedades de nuestra alma, ayúdanos a controlar nuestras emociones, nuestros deseos, nuestros anhelos, y equilibra nuestra vida.   
Príncipe de paz, te pedimos por nuestra salud, yo creo que por las heridas que recibiste en tu precioso cuerpo, hemos sido sanados; cúbrenos con tu sangre preciosa y no permitas que las enfermedades toquen nuestro cuerpo.
Amadísimo Padre, te rogamos por las cosas materiales, prepáranos para manejar los talentos con que nos ha dotado, para ganarnos el pan de cada día, y ser buenos administradores de   todo lo que pongas en nuestras manos. Dadnos sabiduría e inteligencia; no nos des muchas riquezas, porque envanecidos podríamos decir ¿Quién es Dios para que le obedezcamos?  Pero tampoco pobreza, porque, podríamos robar y mancharíamos tu glorioso nombre.
Dadnos, lo necesario para poder vivir bien, y cumplir con nuestras obligaciones. Que podamos extender nuestra mano, a los necesitados, y ahorrar ahora, para cuando ya no podamos trabajar. Así no seremos carga para nadie, y daremos buen testimonio.
Mira que por falta de sabiduría y una buena base económica, los hogares se están destruyendo, nuestros hijos quedan desamparados, y ellos esperan que les demos lo necesario, techo, ropa, alimentos, estudios, etc. 
Por eso te pedimos que nos proveas lo necesario, y nos enseñes a practicar el amor la justicia y la misericordia.
Haz que se cumpla tu palabra: Sal. 37:25 Ni antes cuando era joven, ni ahora que ya soy viejo, he visto jamás gente honrada viviendo en miseria, ni tampoco que sus hijos andén pidiendo pan.
4° Confesión de pecados:
Perdona el mal que hacemos,
Padre Santo, perdona todos nuestros pecados, porque yo sé que hemos pecado contra ti, en pensamientos, palabras y hechos. Se propició a nosotros, que por naturaleza hemos sido pecadores.
5° Perdonar a los demás:
Así como nosotros perdonamos a los que nos hacen mal.
Padre glorioso, hoy, delante de tu presencia perdono de todo corazón a los que me hayan ofendido o hecho algún mal; y a los que me hagan daño, o algún mal. Y prometo que no les guardaré rencor.
6° Protección:
Y cuando vengan las pruebas, no permitas que ellas nos aparten de ti,
Padre, protégenos contra las acechanzas del maligno, ayúdanos, pues está escrito: Si Dios no cuida la ciudad, en vano velará la guardia, solo con tu ayuda podemos vencer las tentaciones que nos coloque el enemigo.
Y líbranos del poder del diablo.
Santo Padre. Líbranos de todas las raíces de maldad que hay en nuestra alma, desarraiga todo lo impuro de nuestros corazones, lávanos con tu sangre divina, 
Ayúdanos a practicar la verdad, hacer justos en todas las áreas de nuestra vida, que siempre practiquemos el amor, la justicia, y la misericordia; que siempre obedezcamos tu palabra, y así demos buen testimonio a los que viven en las tinieblas de este mundo; para traerlos a tus plantas. 
Fortalece nuestra fe, para poder apagar todos los dardos que nos lance el enemigo, reconozco que la salvación que me diste allá en la cruz, es como un casco que protege mi cabeza.
Dadnos sabiduría para leer tu Santa palabra, comprenderla, practicarla, y llevarla conmigo siempre, pues tu palabra es la espada de tu Santísimo Espíritu; con la cual ha vencido y vencerá a nuestros enemigos. Amén.

Luego de cada oración, debemos esperar en silencio, por unos segundos, o minutos la respuesta de Dios, diciendo: habla Señor que tu hijo, o hija escucha.
Conclusión:
La oración es el celular de los hijos de Dios, para comunicarnos con nuestro Padre, para que la línea esté activa todos los días de nuestra vida, tenemos que obedecer los mandamientos de nuestro Padre celestial. La obediencia a sus mandamientos mantiene activa la línea directa para comunicarnos a través de la oración con nuestro Padre Dios.
Cuando cometemos pecados, queda interrumpida nuestra comunicación con nuestro Padre, y nuestras oraciones no son escuchadas.

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