Introducción:
2ª,
de Timoteo 3:16-17 Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios,
y es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle
cómo debe vivir. De ese modo, los servidores de Dios estarán completamente
entrenados y preparados para hacer el bien.
La Biblia es la palabra de Dios, en ella
encontramos todo lo que el ser humano requiere para su bienestar y para
conservar la obra realizada por el Todopoderoso.
La Biblia es el manual de convivencia que
Dios preparó para que el ser humano, lo estudie, y lo aplique en su diario vivir.
Leer la Biblia, observarla, analizarla, interpretarla,
y aplicarla a nuestra vida, es de sabios; porque ella nos da sabiduría,
inteligencia, luz y vida deleitosa.
Mensaje:
¿cómo leer la biblia:
Para leer la biblia y entenderla, debemos
reconocer que Dios es el autor. Y que, es necesario, venir humildemente a sus
plantas, reconociendo nuestros pecados, y nuestra necesidad de él, pedirle que
nos quite la venda espiritual, que nos de sabiduría e inteligencia, para poder entender,
lo escrito en ella.
En la biblia está escrita la sabiduría, la
ciencia y los conocimientos de Dios. Allí encontramos las raíces de las
relaciones humanas, los conocimientos, para vivir bien en este mundo y poder
vivir eternamente en el reino de los cielos.
La
biblia nos alimenta:
Mateo.
4: 4 Jesús le contestó: - La Biblia dice: “No solo de pan vive la gente;
también necesita obedecer todo lo que Dios manda.
El ser humano es un ser espiritual, así
como un ser físico; por eso depende de la palabra de Dios para alimentar el
espíritu y el alma, y el pan físico para alimentar el cuerpo. Dt. 8:3 Los ha hecho pasar hambre, pero les
ha dado a comer pan del cielo, un alimento que ni ustedes ni sus antepasados
conocieron. Con esto Dios quiso enseñarles que, aunque les falte el alimento,
pueden confiar en sus promesas y en su palabra y tener vida.
Aquí aprendemos que hay dos alimentos: el
pan (alimento para el cuerpo) y la palabra de Dios (alimento para el alma y el
espíritu)
Cuando un ser humano, es recién nacido,
generalmente toma alimento materno, pero a medida que va creciendo, va
recibiendo otros alimentos más sólidos, porque
los miembros de su cuerpo los van
exigiendo, para un mejor crecimiento y fortalecimiento.
Ahora que vamos creciendo, como creyentes
de nuestro Señor Jesucristo, e hijos de Dios; es importante alimentarnos espiritualmente,
con un alimento más sólido; esto se hace leyendo un breve pasaje de la Biblia,
meditándolo, analizándolo, interpretándolo, y aplicándolo a nuestro diario
vivir.
Así como, cada día alimentamos nuestro cuerpo,
debemos cada día alimentar nuestra alma y nuestro espíritu.
Es muy importante, que tengamos una Biblia
en nuestra casa, para alimentarnos diaria mente a través de su lectura. Así vamos fortaleciéndonos y creciendo en los
conocimientos de las enseñanzas de Dios.
Cada vez que lo hagamos, nuestros sentidos se van agudizando, se van
fortaleciendo y van creciendo, hasta convertirnos en la imagen visible de Dios;
llenos de su sabiduría, conocimientos, poder y gloria.
Recordemos
que:
Cuando leemos la Biblia, nuestro profesor
es Dios a través del Espíritu Santo.
Él Espíritu Santo, fue quién inspiro a las
personas que escribieron la Biblia durante miles de años; y así, enseñarnos sus
leyes y estatutos, y llenarnos de su sabiduría divina, para nuestro bien.
Antes
de leer la biblia:
Debemos revisarnos espiritualmente; si
nuestra conciencia nos indica que estamos en pecado, debemos confesarlo a Dios,
con el deseo de no volverlo a cometer. Pedirle con mucha reverencia al Espíritu
Santo, que nos llene de su sabiduría, y su inteligencia, para poder entender sus
santas enseñanzas.
Las enseñanzas de la Biblia son más valiosas
que todo el oro del mundo, y más fina, que las piedras preciosas. Llenarnos de
sus enseñanzas, es hacernos sabios y entendidos; ellas nos preparan para vivir
entre los príncipes y reyes.
Después
de leer la biblia
Debemos meditar en lo que Dios nos ha
enseñado: ¿Cuál de esas palabras que leímos en la Biblia tocaron nuestro
corazón de una manera especial?
Cada vez que leamos un pasaje de la Biblia,
encontramos unas palabras que nos tocan el corazón, abecés sentimos deseos de
llorar, o nos llama la atención de una manera muy especial, “esa es, la
revelación, que el Espíritu Santo nos está dando”; para darnos a conocer su
voluntad. En esa lectura, debemos
subrayar las palabras que nos tocaron
el corazón, para: observarlas, analizarlas, interpretarlas y aplicarlas a
nuestra vida.
De esta manera vamos creciendo y fortaleciéndonos
espiritualmente. Después de subrayar las palabras, que hayan tocado nuestro
corazón, debemos orar usando esas palabras y dando gracias a Dios por esas
bendiciones, o implorando a Dios que tenga misericordia.
Ejemplo:
Juan
1:12 Pero aquellos que la aceptaron y creyeron en ella, llegaron hacer hijos de
Dios
Nuestra
oración seria: “Padre celestial, gracias porque
ahora soy tu hijo, por favor cuídame durante este día, ayúdame a ser un hijo
obediente. Amén
Tenemos
que obedecer la palabra de Dios
Santiago.
1:22-25 ¡Obedezcan el mensaje de Dios! Si lo escuchan, pero no lo obedecen, se
engañan ustedes mismos y les pasará lo mismo que a quien se mira en un espejo:
tan pronto como se va, se olvida de cómo era. Por el contrario, si ustedes
ponen toda su atención en la palabra de Dios, y la obedecen siempre, serán
felices en todo lo que hagan. Porque la palabra de Dios es perfecta y los
libera del pecado.
Cuando obedecemos el mensaje de Dios,
empezamos a construir nuestra casa sobre la piedra, y jamás caerá; pero si no
la obedecemos edificaremos nuestra casa sobre arena y jamás prevalecerá.
Hermanos,
Las congregaciones están llenas de gente,
que les gusta oír las enseñanzas de Dios, pero no hacen su voluntad; por eso no
se ve la gloria de Dios en ellos; ni entran, ni dejan que otros entren, por eso
es el mal testimonio.
La
palabra de Dios además de ser alimento, es luz:
Salmo
119:105 Tu palabra es una lámpara que alumbra mi camino.
La única <<lámpara>> en el
mundo que produce <<verdadera luz espiritual es la Biblia. La palabra de
Dios es como una luz, siempre nos está, mostrando el camino por donde debemos
andar sin peligros.
Conclusión:
La palabra de Dios, bes el alimento para
todo nuestro ser, alimenta nuestro espíritu, nuestra alma, y fortalece nuestro cuerpo;
es el ancla de nuestra vida, ella no nos dejar andar a la deriva, ella es como
una brújula que nos guía por el camino verdadero.
No
perdamos más el tiempo, tomemos una porción diaria y alimentémonos con sus
gloriosas enseñanzas. Leer la Biblia, nos hace sabios y entendidos; y
aprendemos a caminar con Dios, y si Dios está con nosotros, ¿Quién contra
nosotros?
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