Efesios
2:19 Por eso, ante Dios ustedes ya no son extranjeros, al contrario, ahora
forman parte de su pueblo y tienen todos los derechos; ahora son de la familia
de Dios.
Así, como entramos a la familia humana, por
medio de un nacimiento de carne y sangre; ahora hemos entrado a la familia de
Dios, por medio de la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Si es
que creemos en él, y en el sacrificio que él hizo en la cruz; y obedecemos su
palabra.
Un padre o una madre normal en este mundo,
sienten mucho cariño por sus hijos; los cuida, los protege y busca satisfacer a
sus hijos en las cosas básicas, según sus fuerzas y capacidades. Pero nuestros
padres terrenales son limitados, y ellos hacen lo que está a su alcance.
Más nuestro Padre celestial es: El
Todopoderoso y él es dueño del universo, y nos dice: pídeme lo que quieras y te
lo daré, si es para tu bien.
Mensaje:
la familia de Dios.
Isaías
64:8 >>Dios tú eres nuestro Padre; nosotros somos el barro y tú eres el
alfarero: ¡Tú eres nuestro Creador!
Ahora que Dios es nuestro Padre y pertenecemos
a la familia de Dios, Somos embajadores de Dios en la tierra; somos la luz de
este mundo, somos la esperanza de la humanidad, somos los intercesores de las
almas perdidas ante Dios.
Nosotros podemos invitarlos, no solo con
palabras, sino con nuestra conducta, a que vengan a los pies de nuestro Señor
Jesucristo y reciban el perdón de sus pecados y el regalo de la salvación. Les
podemos decir que: ellos también pueden llegar a ser hijos e hijas del Dios
Altísimo; y poseer sus bendiciones.
Los
cristianos tenemos un padre incomparable:
Nuestro Padre Dios, es perfecto,
inigualable, incomparable, insondable, y misericordioso; él es el todopoderoso.
Mateo. 7:11 Si ustedes, que son malos,
saben dar cosas buenas a sus hijos, con mayor razón Dios, su Padre que está en
el cielo, dará buenas cosas a quienes se las pidan.
Algunos padres, movidos por las emociones
dan a sus hijos, cosas que no son muy buenas; pero nuestro Padre celestial, nos
da cosas muy buenas en el tiempo preciso y en el lugar adecuado. Mateo. 6: 31-33 >> Ya no se preocupen
por lo que van a comer, o lo que van a beber, o por la ropa que se van a poner.
Significa que, hasta un pensamiento ansioso
está prohibido. Tal ansiedad significa una desconfianza a nuestro Padre.
32
Sólo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Ustedes tienen como Padre
a Dios que está en el cielo, y él sabe lo que ustedes necesitan
Preocuparse se refiere a la ansiedad y
aflicción, que siente una persona sin esperanza. Pero nosotros tenemos un
Padre, y sí le obedecemos sus mandamientos, él nos dará todas las cosas que
necesitamos.
Recordemos que somos de la familia de Dios.
Nosotros tenemos parte en el pacto con Dios, por medio de la fe en nuestro
Señor Jesucristo y en la cruz.
Mientras estemos haciendo su voluntad,
tenemos la garantía de su palabra, que él suplirá para todas nuestras
necesidades. Nosotros debemos hacer lo que está a nuestro alcance y Él se
encarga del resto.
33 Lo
más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan, lo que él
les pide. Dios les dará a su tiempo todo lo que necesiten.
La condición para las bendiciones de Dios,
es que, sus intereses deben ser primero, esta es la garantía de la provisión de
Dios.
Leamos cuidadosamente: Mateo Capítulos 5, 6, 7. Si ponemos en práctica las enseñanzas de
estos tres capítulos, les garantizo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo,
un éxito rotundo para nosotros y para nuestro descendiente por mil
generaciones. Así está escrito.
Ex.
20: 6 Yo trato con bondad a todos los descendientes de los que me aman y
cumplen mis mandamientos.
Nuestro Señor Jesucristo, cumplió todos los
mandamientos, y todos los que confían en él, y en todo lo que él hizo por
nosotros en la cruz; son participantes de la benévola misericordia de Dios.
La
gran ventaja que tenemos los hijos de Dios, es:
Que, si nos comportamos como verdaderos
hijos, y somos obedientes a sus mandatos, todas las bendiciones de él vendrán y
nos alcanzarán; porque Dios es nuestro Padre. Dt. 28: 1-14
Como
miembros de la familia de Dios, tenemos una promesa:
Hebreos.
13-5 No vivan preocupados por tener más dinero. Estén contentos con lo que
tiene, porque Dios ha dicho en la Biblia: << Nunca te dejaré
desamparado>>.
En cierto modo la codicia es idolatría, Col. 3:5 Por eso, den muerte a todos sus malos
deseos; no tengan relaciones sexuales prohibidas, no sean indecentes, dominen
sus malos deseos, y no busquen amontonar dinero, pues eso es lo mismo que
adorar dioses falsos.
Como
hijos de Dios y miembros de su familia, tenemos nuevos hermanos:
En este nuevo nacimiento somos hijos de
Dios, por lo cual, somos hermanos en cristo Jesús Señor y Dios nuestro. Todos
los que hemos creído en nuestro Señor Jesucristo y en lo que él hizo en la
cruz; somos parte de la familia de Dios; y miembros del cuerpo de nuestro Señor
Jesucristo.
¡Hermosa
relación tenemos con el creador del universo!
Como hijos podemos decirle a Dios: “PADRE”
(o como dice un niño, Papá) y él nos dice: hijos míos, aquí estoy.
¿Por
qué nos llamamos hermanos?
Todos los que recibimos a nuestro Señor
Jesucristo, como nuestro amo y salvador, hemos muerto a nuestra antigua manera
de vivir, y hemos nacido de nuevo como hijos de Dios. Esto, por los méritos de
nuestro Señor Jesucristo, quién pago por nuestros pecados, muriendo en la cruz.
En este nuevo nacimiento, somos hermanos,
porque Dios es nuestro Padre y como hermanos debemos amarnos de todo corazón; y
vivir una vida que agrade a nuestro Padre celestial. Juan 15:12 Y esto es lo que les mando: que se amen unos a otros, así
como yo los amo a ustedes.
¿Cómo
debemos amarnos?
Como Dios nos ama, el verdadero amor, se
expresa con: un afecto sincero, con cariño, practicando el verdadero amor, la
justicia y la misericordia; con buenas dadivas, con atenciones, pero que nazcan
del corazón.
Ejemplo
de verdadero amor:
Juan
3:16 Dios amo tanto a la gente de este mundo, que me entrego a mí, que soy su
único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida
eterna.
Este verso, presenta la clase de amor de
Dios, él entregó a su Hijo la cruz, para que pagará con su vida por nuestros
pecados, ya que esto es lo que exige la Ley para redimir a la humanidad.
Conclusión:
Podemos expresar nuestro amor a nuestro
Padre; obedeciendo sus mandamientos, a nuestros hermanos; practicando la
verdad, la justicia y la misericordia.
Respetándonos, unos a los otros. Ayudando a
los hermanos necesitados.
Compartiendo buenas noticias para animar al
decaído. Perdonando, aún que nos hayan
ofendido varias veces.
Ayudando a buscar empleo al que lo
requiere. Partiendo nuestro pan con el que tiene hambre.
Orando por las necesidades de los demás,
como propias. Sintiendo las necesidades de los demás como nuestras.
Nuestro cuerpo, está compuesto por varios
miembros, pero todos forman el cuerpo; y si un miembro de nuestro cuerpo se
enferma, todos los demás miembros se duelen. Así nosotros como miembros de una
misma familia, la familia de Dios, debemos ayudarnos, apoyarnos, motivarnos,
los unos a los otros.
De
esta manera estamos adorando a nuestro Padre celestial. Y él suplirá para
satisfacer las necesidades de cada uno de nosotros; en el momento oportuno.
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