Introducción:
Lucas
22:15-20 Jesús les dijo: <<He deseado muchísimo comer con ustedes está
pascua, antes que yo sufra y muera. Porque les aseguro que ya no celebraré más
esta cena, hasta el día que la comamos todos juntos en el gran banquete del
reino de Dios>> Luego tomó una copa con vino, le dio gracias a Dios y
dijo: <<Tomen esto y compártanlo entre ustedes. Porque les aseguro que,
desde ahora, no beberé más vino, hasta que llegue el reino de Dios >> También
tomó pan y le dio gracias a Dios; luego lo partió, lo dio a sus discípulos y
les dijo: <<Esto es mi cuerpo, que ahora es entregado en favor de
ustedes. De ahora en adelante, celebren esta cena y acuérdense de mí cuando
partan el pan>> Cuando terminaron
de cenar, Jesús tomó otra copa con vino
y dijo: <<Este vino es mi sangre derramada en favor de ustedes Con ella,
Dios hace con ustedes un nuevo pacto.
La cena del Señor, fue instituida por
nuestro Señor Jesucristo, cuando cenó con sus discípulos por última vez; antes
de su muerte.
Él nos ordena: Así que, cada vez que
ustedes comen de este pan, o beban de esta copa, anuncian la muerte del Señor
Jesús, hasta el día que él vuelva.
Mensaje:
la Santa Cena
1ª.
Corintios. 11:23-26
V.
23 Lo que el Señor Jesucristo me enseñó, es lo mismo que yo les he enseñado a
ustedes: La noche en que el Señor Jesús fue traicionado, tomó en sus manos pan,
Las instrucciones que da, acerca de la cena
del Señor. Para recodar la ocasión sagrada.
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lo partió en pedazos y dijo: << Esto es mi cuerpo, que es entregado en
favor de ustedes. Cuando coman de este pan, acuérdense de mí>>.
Lo importante de esto es la interpretación
que el Señor da. Simboliza la muerte de Cristo en la cruz, involucra al
creyente, participando del sacrificio por fe. Este es el significado del nuevo
pacto.
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Después de cenar, Jesús tomó en sus manos la copa y dijo: << Esta copa de
vino es mi sangre. Con ella, Dios hace un nuevo compromiso con ustedes. Cada
vez que beban de esta copa acuérdense de mí>>.
Anunciaba que el nuevo pacto, era
ratificado por el derramamiento de su propia sangre, la cual satisfará para
siempre la deuda del pecado. (Jamás debemos olvidar lo que él hizo por
nosotros, refiriéndose a la cruz).
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Así que, cada vez que ustedes comen de este pan, o beban de esa copa, anuncian
la muerte del Señor Jesús hasta el día en que él vuelva.
Debemos proclamar el sacrificio Expiatorio necesario
para nuestra salvación, y la causa actual de nuestra victoria continua en la
vida.
Juan
6:56 El que come mi cuerpo y bebe mi sangre, vive unido a mí y yo vivo unido a
él.
Está es, la única manera que podemos morar
en Cristo, y Cristo en nosotros; y nos garantiza una victoria vencedora,
mediante la cruz. (Si esto, es objeto de nuestra fe cotidiana).
Cuando comemos el pan y bebemos la copa en
la cena del Señor, podemos decir con fe: Así como el pan y el vino sustentan mi
cuerpo, que mi vida espiritual sea alimentada, y fortalecida, por la unión con nuestro
Señor Jesucristo.
1ª.
Corintios 10:17 Aunque somos muchos, somos un solo cuerpo, porque comemos de un
solo pan.
Cristo es el pan, y el único pan que
produce un solo cuerpo, es decir la iglesia. Jesucristo es el único pan de
vida, no hay ningún otro.
En la participación de la santa cena, todos
los hermanos, hacemos parte del cuerpo de nuestro Señor Jesucristo; con la viva
esperanza de estar unidos por siempre con él.
1ª.
Corintios. 11:27-29 Por eso si una persona come del pan o bebe de la copa del
Señor Jesucristo sin darle la debida importancia, peca en contra del cuerpo y
de la sangre de Jesucristo. Por lo tanto, antes de comer del pan y beber de la
copa, cada uno debe preguntarse si está actuando bien o mal. Porque Dios va a castigar al que coma del pan
y beba de la copa sin darse cuenta de que se trata del cuerpo de Cristo.
Al participar de la santa cena del Señor,
debemos recordar que unidos somos un solo cuerpo y que él es nuestra cabeza.
Por lo cual, si somos conscientes que le
hemos hecho daño a uno de nuestros semejantes, o si hemos pecado, debemos
arrepentirnos de todo corazón, con todo el deseo de no volverlo a cometer; y
pedirle perdón a Dios, para que él nos justifique. Y luego participar de la
santa cena.
Si no es así, no la tome porque tendrá
problemas muy graves.
Marcos.
14: 25 Será la última vez que yo beba este vino con ustedes, pero cuando
estemos juntos otra vez en el reino de Dios, entonces beberemos el vino
nuevo>>
En la santa cena celebramos, unidos y
felices ese gran acontecimiento: su segunda venida. La iglesia universal espera
con ansia ese gran acontecimiento; la segunda venida de nuestro Señor
Jesucristo.
Conclusión:
En la Santa Cena, estamos expresando
nuestra unión con nuestro Señor Jesucristo y con nuestro prójimo. Por eso
debemos recordar la enseñanza de nuestro Señor: Amar a Dios con todo nuestro
corazón y toda nuestra alma y al prójimo como a nosotros mismos.
Nuestro Señor Jesucristo, nos aconseja, que
debemos examinarnos, antes de participar de la mesa del Señor; y buscar su
perdón y aprobación; Dios nos quiere unidos, como un padre desea la unión de
sus hijos.
Como
hijos de Dios, debemos vivir una vida santa, pura y transparente, sin mancha y
sin arruga; esas son las vestiduras de los Santos: las buenas acciones justas.
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