Introducción:
Al aceptar a nuestro Señor Jesucristo, como
salvador y Señor de nuestra vida; pasamos a ser hijos de Dios, y miembros de la
familia de Dios, comúnmente llamada: Iglesia
universal cristiana.
Mensaje: miembros de la iglesia universal
cristiana.
Decimos iglesia universal cristiana, porque nos referimos a todos los hijos
de Dios, de todas las épocas y de todas partes del mundo.
En otras palabras, la Iglesia universal cristiana está compuesta por miles y miles de
grupos pequeños y grandes llamados iglesias locales. Los cuales tienen
beneficios y responsabilidades.
Beneficios
como miembros de la iglesia local:
Como miembros de la iglesia local recibimos
varios beneficios:
° Recibimos la protección divina.
° Apoyo y compañerismo con otros hermanos,
en Cristo.
° Aprendizaje acerca de los conocimientos
de la palabra de Dios.
° Participación en la santa cena.
Lo más importante de estos cuatro puntos,
es el aprendizaje, y obediencia a los mandatos de Dios, porque ellos nos
capacitan para todas las áreas de la vida y nos traen protección, prosperidad,
y vida eterna. La asistencia a las reuniones es muy importante para recibir
capacitación y unción. He. 10:25 No dejemos de reunirnos, como hacen algunos.
Al contrario, animémonos cada vez más a seguir confiando en Dios, y más aún
cuando ya vemos que se acerca el día en que el Señor juzgará a todo el mundo.
Es muy importante que los fieles se reúnan,
no importa cómo se lleve a cabo la reunión; lo importante es nuestra fe en
nuestro Señor Jesucristo, y su sacrificio en la cruz. Debemos animarnos los
unos a los otros en la fe. Aportar todas las iniciativas que veamos necesarias
para el buen funcionamiento de la congregación.
Primera,
responsabilidad:
Asistir y participar en las reuniones. Nuestro
crecimiento y fuerza espiritual, depende de nuestra asistencia y participación
en las reuniones de la iglesia; en esas reuniones nos alimentamos, fortalecemos
y crecemos espiritualmente.
Recordemos que el pastor o quien preside,
es un instrumento de Dios, y quien nos está enseñando es Dios mismo, a través
de quién él está utilizando.
° Llegue puntual y preparado para dar y
recibir.
° Cante con alegría y ponga atención a las
enseñanzas.
° Cuando haya oportunidad, orar brevemente,
en voz alta.
° Escuchar atento la predicación y llevarla
a la práctica.
° Ofrendar sin mezquindad.
° Tratar a todos con amabilidad.
° Procurar traer nuevos invitados.
Segunda
responsabilidad:
Orar por la iglesia. La iglesia somos
nosotros mismos. 1ª. Ts. 5:17 Oren en
todo momento.
Es muy importante orar, por la iglesia
local y universal, para que Dios proteja a todos los miembros, especialmente
por los pastores, líderes espirituales, y por todas las autoridades
legítimamente constituidas; empezando por nuestra casa, barrio, cuidad,
departamento, nación, continente y por el mundo entero.
En el momento, que recibimos a nuestro
Señor Jesucristo, nos convertimos, de las tinieblas a la luz; por eso Satanás,
despliega su poderoso ejército, infernal contra nosotros. Pero el Espíritu
Santo nos protege. Ef, 6: 12 Porque no
luchamos con gente como nosotros, sino contra espíritus malvados que actúan en
el cielo. Ellos imponen su autoridad y su poder en el mundo actual.
Por esta razón debemos orar en todo
momento, pidiendo a Dios su protección y compañía.
Tercera
responsabilidad:
Dar apoyo material a la iglesia, la obra
del Señor siempre requiere gastos de todo tipo. Esto se hace a través de: dar
ofrendas, y diezmos para las necesidades de la obra de Dios. 1ª.
Co. 16:2 Es decir que cada domingo, cada uno de ustedes debe apartar y guardar
algo de dinero, según lo que haya ganado. De este modo no tendrán que recogerlo
cuando yo vaya a verlos.
Puede que usted sea muy pobre, y da muy
poco, no importa, el Señor entiende esto. Lo importante es dar el diezmo de lo
que recibes y ofrendas voluntarias.
Cuarta
responsabilidad:
Estar dispuesto a prestar un servicio en la
iglesia. Ef. 4:11-12 Él fue quien le dio
a cada uno la capacidad de ser apóstoles; a otros la de ser profetas y
maestros. Hizo esto para que todos los que formamos la iglesia, que es su
cuerpo, estemos capacitados para servir y dar instrucción a los creyentes.
Dios capacita a cada uno de los miembros de
la iglesia, según su voluntad. Para que nos sirvamos unos a otros como un solo
cuerpo, cuya cabeza es nuestro Señor Jesucristo.
Conclusión:
Nosotros, como miembros de la iglesia
local, debemos sentirnos honrados por nuestro Señor Jesucristo, quien nos llamó
a formar parte de su pueblo, adquirido para anunciar las buenas noticias de
salvación; es muy importante recordar que la obra es de Dios, y cuando estamos
trabajando en ella y apoyándola de acuerdo a nuestras capacidades, Dios ha
prometido que él nos recompensará en esta vida y en la eternidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario